Teresa, afectada del volcán: «Mucha gente aún se siente desamparada y paga precios abusivos por una casa»

María Teresa Ramírez fue una de las 7.000 personas evacuada en la erupción de 2021. Parte del techo de su casa en El Remo no aguantó el peso de la ceniza que durante tres infaustos meses, como un surtidor inagotable, lanzó al aire el volcán. 21 meses después, entrevistada por EL VALLE, afirma que «mucha gente se siente aún desamparada» y denuncia «la falta de solidaridad» de quienes han subido hasta niveles «abusivos» el precio de los alquileres ante el aumento de la demanda por quienes perdieron sus viviendas en esta catástrofe.

Ella, en el fondo, es consciente de que hay personas afectadas en peor situación, empezando por su propia familia. «Yo me siento agradecida de no poder perder mi hogar y de tener acceso a mi casa, pero otras muchas personas lo perdieron todo: viviendas, mascotas, negocios, su medio de vida… y su salud mental, que no se recupera fácilmente», comenta Teresa, quien al menos pudo encontrar pronto sitio donde alojarse tras la evacuación en aquel inolvidable septiembre de 2021.

«La generosidad en la isla con los alquileres duró 5 minutos: y esto no es La Moraleja»

Lo que más le enfada es la insolidaria especulación inmobiliaria de los propios palmeros: «El pueblo de mi isla fue muy generoso 5 minutos y luego pusieron precios abusivos a los alquileres, porque yo nunca había pagado más de 400 euros por la renta de una vivienda, y ahora en La Palma hay gente evacuada de Puerto Naos que tiene que pagar 900 euros al mes».

«Y esto no es La Moraleja, sino La Palma», enfatiza, en alusión a la conocida  urbanización residencial de lujo situada al norte del área metropolitana de Madrid.

La mayoría de la gente está tan paralizada y agotada que es incapaz de defender sus derechos

Constata Teresa que entre la población damnificada existe un «agotamiento mental, un malestar físico y psicológico» que «paraliza», y es la razón que encuentra para que a lo largo de esta emergencia no haya salido más gente a la calle a protestar y a defender sus derechos.

Zona de El Remo donde Teresa tiene su vivienda, dañada por la erupción. / I LOVE THE WORLD.

«Hay un porcentaje mayor de gente en baja forma, abrumada, incapaz de salir a la calle, que la que está en situación mental de defender sus derechos; también paraliza el  miedo, la vergüenza, y luego está la otra gente que puede y quiere tener un actitud más valiente», diagnostica esta vecina de El Remo.

Abundando en esta idea, recuerda que el sufrimiento no empezó el 19 de septiembre de 2021, sino antes, «porque todos estábamos ya agobiados antes de esa fecha, ya que no sabíamos lo que iba a pasar, si erupcionaba o no un volcán y dónde».

Preguntada si cree que las autoridades gestionaron bien la emergencia, su respuesta es que «lo han intentado, hacer todo lo posible por los afectados, tal vez de cara a la galería, porque al final casi nadie está contento con lo que les han dado, y hay mucha gente que se siente desamparada». «También hay gente agradecida, en realidad depende de las vivencias de cada cual», apostilla.


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