Cáritas denuncia la «insuficiente» respuesta de las Administraciones públicas a la población afectada por la catástrofe volcánica

Un año después de que el Gobierno canario declarara el final oficial de la erupción, Cáritas continúa atendiendo y acompañando a las personas afectadas, muchas de las cuales perdieron sus viviendas y medios de vida. En concreto, ha atendido a 1.200  familias y 3.150 personas (entre ellas 670 menores). La ONG denuncia que la respuesta oficial en ayudas económicas, reconstrucción de viviendas y atención psicológica es insuficiente para las dimensiones de este desastre.

«Muchas de estas familias son atendidas periódicamente y siguen siendo acompañadas actualmente por la institución, mientras que otras han acudido por primera vez debido a la falta de respuestas de las Administraciones públicas, o ante la insuficiencia de las ayudas recibidas», asegura la ONG de la Iglesia en un comunicado.

En concreto, de la ayuda de alquiler por parte del Gobierno de Canarias, únicamente se han abonado cuatro meses hasta la fecha, lo que hace que las familias tengan que asumir el costo de dichos alquileres, encontrándose algunas en situaciones de extrema vulnerabilidad, dado que se trata de alquileres muy elevados que no pueden mantener en el tiempo, por lo que necesitan el apoyo de entidades como Cáritas o los Servicios Sociales municipales hasta que esta ayuda finalmente se ejecuta.

Con las donaciones recibidas (6,6 millones de euros), Cáritas Diocesana de Tenerife ha invertido 2,7 millones de euros, fundamentalmente en ayudas al alquiler, atención básica y obras de reforma y compra de mobiliario a familias damnificadas de la erupción y en situación de vulnerabilidad.

De igual modo, Cáritas sigue concediendo ayudas de emergencia (entre ellas, gastos médicos, pagos de suministros, etc), y habilitó y acondicionó seis espacios parroquiales en varios municipios de la isla, realizando reformas de albañilería, pintura, equipamiento, mobiliario, etc. En ellos continúan reubicadas 4 familias que estaban en situación de exclusión residencial extrema. Con estas familias la ONG lleva a cabo un proceso de intervención social continuado, para la mejora de su bienestar y su inclusión sociolaboral.

Apoyo a la reconstrucción de viviendas habituales

También abrió una línea de apoyo para las familias más vulnerables, con desamparo económico, para la reconstrucción de viviendas en zonas afectadas por el volcán, en aquellos casos en los que las viviendas no están en condiciones de habitabilidad y necesitan ser reformadas.

Además, Cáritas continúa apoyando a familias damnificadas en la construcción de viviendas nuevas habituales, tanto en la compra de materiales como en gestiones necesarias para la habitabilidad.

Apoya igualmente la compra de mobiliario, enseres y electrodomésticos para viviendas que se vieron afectadas por la erupción del volcán Tajogaite y que aún no están en condiciones de habitabilidad. Un apoyo económico que se otorga por unidad familiar.

Cáritas Diocesana de Tenerife sigue laborando en coordinación con los equipos de trabajo que acompañan a las familias acogidas en los hoteles que se habilitaron, y es una de las entidades que un año después de la finalización de la erupción continúan dando respuesta a las necesidades concretas de estas personas, para que puedan volver a su vivienda habitual.

Desde esta organización humanitaria también se está dando apoyo a los afectados de las zonas rurales en material laboral, ya que en la mayor parte de los casos han perdido sus herramientas y medios para poder recuperar sus fincas. Así, Cáritas continúa su labor  solidaria en materia de empleo, derivando a personas en situación de desempleo o ERTE, para ofrecerles un servicio de orientación y acompañamiento durante el proceso de reinserción laboral.

La ayuda psicológica sigue siendo fundamental

A todas estas actuaciones se han sumado en este último año las Hijas de la Caridad, que han liberado a dos religiosas para acompañar a personas afectadas de las comunidades del valle de Aridane; y la Congregación de los Religiosos Camilos, que han estado ofreciendo acompañamiento emocional y orientación psicológica a personas damnificadas de la erupción.

En esta línea, el equipo técnico del proyecto de la emergencia  en Cáritas y los propios religiosos Camilos, consideran necesario reforzar la atención psicosocial de las familias afectadas por el volcán. Un año después de la finalización de la erupción, afirma la organización no gubernamental, «estamos en un punto del camino donde el cuidado de la parte psicológica resulta fundamental; se trata de cuidar a la persona en este ámbito para poder ofrecer una respuesta integral a sus necesidades».

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