ARTÍCULO DE OPINION
FRAN GARLAZ, oceanógrafo y agricultor ecológico
Ante la exposición de distintos argumentos sobre la idoneidad o no de las plantas desaladoras sin un resultado claro, recurriría para obtener conclusión a la observación de la situación real in situ.
La fotografía de la zona a día de hoy, comparada con la fotografía de esta misma época antes de la crisis volcánica, nos da una respuesta definitiva en tanto en cuanto ahora se comenzaba a cosechar las mejores piñas del año con unas matas enormes debido al crecimiento que las altas temperaturas y el largo fotoperiodo del verano imprimen a estas plantas, siendo tal que muchos de los linderos e incluso los caminos de acceso a las fincas quedaban desdibujados y no se reconocían.
Mal se ha tenido que dar este año para que, precisamente ahora, estén un ¿50%? arrancadas (resembradas o no) y las que verdean permitan ver el suelo de las fincas desde el mirador.
También podemos comparar fincas sembradas meses atrás en la zona con fincas resembradas esa misma semana, por ejemplo, en Tijarafe, en la zona de La Punta, donde se aprecia una diferencia que puede ser utilizada en libros de agricultura para demostrar cómo influye la calidad el agua en los cultivos.
Antes de diciembre la calidad del agua era pésima y varios agricultores lo comentaron. Tomaron medidas y corrigieron, y a partir de entonces mostraron los análisis.
Con los vaivenes de la gestión y la falta de pago (recordemos que se llegó a parar la instalación por el gran montante adeudado), la calidad varió también al disminuir el aporte de correctores y mineralizadores.
Pero no es la calidad, ni la cantidad necesaria o no; lo que hemos de contemplar es que, no faltando agua, dado que el mismo Consejo Insular de Aguas de La Palma hasta hace bien poco tenía en su página web el comentario de que esta isla recibe más agua anualmente del que utiliza (incluidas las enormes pérdidas por fugas, sistemas no optimizados de riego y transporte, etc, etc.), en esta situación, poseyendo el mayor acuífero de Canarias, nos gastamos más de 60.000€ diarios en petróleo contaminante y cada vez más escaso (son los precios más bajos del combustible del resto de nuestra vida los que vemos hoy), haciendo que se torne la agricultura imposible de asumir dados los elevados gastos que supone el cultivar, llevando a poner en una situación crítica al plátano y a la forma de vida del Valle, puesto que, directamente e indirectamente, este representa más de la mitad de su producto interior bruto.
Falta de previsión para un futuro en el que se debería de abogar por una autosuficiencia radical en el momento en que todos los indicadores de falta de abastecimiento están encendidos.
Aunque hubiera servido, me remito a las fotos. Saquen ustedes conclusiones.
