«La reconstrucción tras el volcán sin energías renovables sería absurdo y prolongaría nuestra dependencia energética»

Sólo el 2% de la energía que gasta la economía palmera, transporte marítimo incluido, es de origen renovable, y apenas el 10% de la electricidad. La Comisión Europea quiere apoyar a 30 islas que se autoabastezcan con energías limpias. La asociación La Palma Renovable, promotora de una cooperativa pionera en España para autoconsumo con fotovoltaica, pide un compromiso político y social para ser una de esas islas. El VALLE ha hablado con su coordinadora, Nuria Albet, y al preguntarle por la recuperación tras la catástrofe volcánica, lo tiene claro: «La reconstrucción debe planificarse con fuentes de energía renovables; lo contrario sería absurdo, porque la transición hay que hacerla sí o sí, debido al cambio climático».

Es más, para esta licenciada en Física y doctorada en Bionanotecnología, el método con que decidirlo podría ser el de una asamblea ciudadana.

En realidad esta es la metodología que esta asociación está impulsando en el ámbito energético para toda la isla (en la actualidad ha promovido que el próximo año se celebre este foro) y consiste en un proceso en que se eligen de manera aleatoria a una serie de personas que sean una muestra representativa de toda la comunidad, se hace un proceso de aprendizaje, deliberación y toma de decisiones y los organismos públicos se comprometen a desarrollar las acciones que tengan el 90% de apoyo en esos debates.

Así se hizo en Mallorca. Y en la Isla Bonita sería una posibilidad replicar esta experiencia para la población damnificada por la catástrofe volcánica y cuyas decisiones sean vinculantes para la Administración Pública.

Una de las charlas impartidas por La Palma Renovable.

De este modo, las nuevas urbanizaciones donde vivirán en el futuro las personas que perdieron su casa por la erupción de 2021 deberían autoabastecerse con la energía fotovoltaica, y la energía que mueva la recuperación socioeconómica de la isla sea la del viento, el sol, la hidroeléctrica e incluso la geotérmica si se comprueba su viabilidad con los proyectos de investigación previstos.

Nuria Albet, coordinadora de La Palma Renovable.

SIN SEÑALES REALES DE UN CAMBIO DE MODELO EN LA PALMA

Sin embargo, Albet muestra su preocupación porque el reto energético y climático es enorme pero no aprecia un giro hacia las renovables tras la catástrofe: «No veo señales de que vayamos hacia eso; si acaso observo algunas intenciones, pero pocas acciones. Si no hacemos ese cambio ahora, estaríamos en el absurdo de profundizar en la dependencia energética».

Por otra parte, apostar por un nuevo modelo energético no solo consiste en instalar paneles fotovoltaicos en los tejados y adaptar la red propiedad de Unelco-Endesa. Albet apunta que también hay que planificar la ordenación del territorio y el desarrollo económico por comarcas, para evitar los desplazamientos innecesarios y, con ellos, el gasto de energía.

«En la isla hay muchas zonas despobladas, como el norte, por lo que la reconstrucción no necesariamente tendría que hacerse en el Valle de Aridane,ni tampoco insistir en un modelo en el que la gente tenga que ir a trabajar a Santa Cruz de La Palma, pues puede fomentarse el desarrollo económico en cada comarca».

I LOVE THE WORLD

En este sentido, sostiene que «no se debe pensar en el coche para todo», como observa que se está haciendo tras la catástrofe volcánica con la construcción de grandes carreteras, como la de la Costa, con una inversión de 40 millones, «con la que se pretende volver al modelo anterior, que ya no funcionaba, pues las mayores emisiones contaminantes en La Palma las genera el transporte por carretera, con el consiguiente coste tremendo de combustible».

«Tengo la sensación de que quienes toman estas decisiones no es gente informada, porque lo que viene con el cambio climático y al alto coste del petróleo es muy serio», advierte la portavoz de La Palma Renovable.

COMUNIDAD ENERGÉTICA ENERGÍA BONITA, PIONERA EN ESPAÑA

Pero esta asociación no sucumbe al desaliento. Al contrario, cada día tiene más energía, nunca mejor dicho. Ya son más de 100 personas las que se han integrado en su comunidad energética Energía Bonita, una cooperativa pionera a nivel estatal que está empezando a hacer instalaciones de autoconsumo colectivo fotovoltaico.

Para lograrlo se están topando con «una burocracia brutal» que dificulta avanzar, pero también con problemas para que Endesa, propietaria de la red de baja y media tensión, les autorice los puntos de conexión que solicitan para transportar esta energía entre los cooperativistas. Otro de los objetivos es que a la cooperativa energética insular se le cedan cubiertas de edificaciones públicas, para no ocupar suelo con paneles fotovoltaicos.
«La isla tiene que hacer cambios profundos en su manera de trabajar y consumir; la recompensa es la soberanía energética», reitera Albet.

QUÉ HACER PARA EL CAMBIO DE MODELO

La Palma Renovable ha pregonado a los cuatro viento en qué acciones hay que concentrarse. A saber: priorizar el ahorro y la eficiencia energética; instalar nueva potencia de renovables (fotovoltaica, eólica, hidráulica, incluso geotermia y, en menor medida, otras tecnologías menos convencionales); cambiar modelos de negocio más eficientes energéticamente; instalar sistemas de almacenamiento de la energía; cambios en las redes eléctricas y en los mercados eléctricos que permitan acelerar la integración de las energías renovables, y un «cambio radical» en el transporte.

«Además, no queremos solo un sistema 100% renovable sino que esa energía esté en manos de la población local y de manera distribuida, no que la produzcan multinacionales; para que esta transición realmente repercuta en la economía local y en el bolsillo de todas las personas», expone la asociación.

Hay que tener en cuenta que el coste actual de quemar combustible fósil en la central de Los Guinchos para satisfacer las necesidades de electricidad de La Palma más cubrir las necesidades del transporte supone un coste anual de 100 millones de euros, «mucho más que los ingresos por el plátano y el turismo».

«Y el problema de base», previene Albert «es el cambio climático y el encarecimiento del petróleo, que cada vez es más difícil de extraer».

Nuria Albet, junto a otros miembros de La Palma Renovable.

Así que la asociación La Palma Renovable lanza un llamamiento a las personas con cargos políticos en la isla y a la sociedad palmera en general para buscar su apoyo a la hora de enviar la solicitud a la Comisión Europea para que La Palma sea una de las 30 islas a las que la UE apoye para autoabastecerse de energías limpias e inagotables en 2030.

En esta línea, propone mostrar en redes sociales apoyo a esta propuesta utilizando el hashtag #LaPalma100Renovable2030, respondiendo a la encuesta anónima: https://forms.gle/YJc3HpxWzsi5aYyAA o bien enviando un email a info@lapalmarenovable.es.


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