«Lo que la ciencia oficial ignora u oculta sobre la desgasificación del CO2 en Puerto Naos y La Bombilla»

ARTÍCULO DE OPINIÓN

FRANCISCO RODRÍGUEZ PULIDO
Licenciado en Química y Pedagogía. Profesor jubilado

Hace más de dos años que Puerto Naos y La Bombilla son zonas de exclusión, como se definen en varios decretos publicados al efecto. Y ello es posible porque aún se mantiene el semáforo amarillo, un hecho, a mi entender, de dudosa legalidad. Durante varios meses, tras la finalización de la erupción, incluso el acceso a Puerto Naos y La Bombilla estuvo prohibido. Y lo más curioso de todo ello es que la prohibición comenzó después de que finalizara la erupción. Hay que recordar que fueron los Tedax de la Policía Nacional los primeros en detectar gases a mediados de diciembre.

Durante la erupción, muchos vecinos recordarán que el acceso a Puerto Naos y La Bombilla no estuvo prohibido, aunque sí controlado. Es necesario recordar los viajes en barcazas para trasladar a los trabajadores de las plataneras. O algunos vecinos que regresaban a limpiar, recoger enseres o regar plantas. Eran zonas de evacuación, cuyo acceso lo condicionaba la actividad del volcán, pues nunca ni el comité de dirección ni el científico mencionaron que hubiese problemas de gases.

Carteles de advertencia de gases en la entrada a Puerto Naos.

Pero se acaba el volcán y se empieza a hablar de “gases letales incompatibles con la vida”. Esa era la nefasta definición que escuchábamos de un problema que no era tal como lo contaban. Nunca pagarán moral y judicialmente todo el daño que se ha hecho creando un temor que aún hoy en día pervive en muchas mentes. Esa estrategia del miedo fue lo que a mí me animó a investigar.

Durante dos años Puerto Naos y La Bombilla oficialmente han permanecidos cerrados al baño y la habitabilidad. Pero desde finales de diciembre, a medida que se conocen datos oficiales de interiores, se inician aperturas en parte de la playa. Sin embargo, sigue habiendo emisiones difusas de CO2, las hubo antes del volcán y las seguirá habiendo durante décadas o más años.

El problema no era tal y como lo contaban

A fin de cuenta, lo que está ocurriendo en Puerto Naos y La Bombilla no es un problema de gases. Propiamente, lo que ha estado ocurriendo es un proceso de desgasificación de un único gas, el dióxido de carbono. Por ello, no debemos hablar de gases, sino de desgasificación del CO2, que se produce de forma difusa, debido a un gradiente de concentración.

Basados en mis limitadas investigaciones sobre el terreno y del conocimiento de la literatura de los procesos volcánicos de desgasificación, quiero aportar una información relevante que, a mi entender, demuestra que la ciencia oficial ha estado durante dos años largos ignorando, o tal vez, ocultando.

No han dejado de recordarnos los “altos niveles de concentración de CO2”, cuando en realidad esto sólo ocurría en puntos muy concretos y en zonas confinadas. Ahora, con muchos sensores en interiores, debido al desarrollo del proyecto Alerta CO2, se demuestra que el problema no era tal y como lo contaban.

Puerto Naos. / I LOVE THW WORLD

El 13 de septiembre de 2022 tuvo lugar una asamblea informativa que se convocó como estrategia para acallar voces. En dicha asamblea tuve una intervención, de la que ahora quiero recordar una frase: “Lo que necesitan los vecinos es facilitarles un sensor fiable y, contando con ellos, se pueda hacer una monitorización de todas las viviendas”. Sencillamente, hablaba de la ciencia ciudadana. Pero, como era obvio, no me hicieron caso.

Sin embargo, muchos vecinos, por voluntad propia, adquirieron un detector Dioxcare de rango 0-10.000 ppm que les ha ayudado a ver la realidad en sus casas sobre las concentraciones de CO2. A muchos los he oído decir “en mi casa no hay gases”. Hoy en día hay más de 600 sensores de la red Alerta CO2, que están demostrando en un altísimo porcentaje lo que, según mi opinión, ya era evidente desde hace dos años.

La ciencia debe ir más allá de medir CO2, debe aportar soluciones para convivir con esas emisiones

Dos años en que la ciencia oficial no ha querido afrontar con criterio y rigor científico un plan de habitabilidad. Al contrario, han llegado a mencionar que la vuelta a la vida era imposible. Dos años sin indagar en las evidencias y las pruebas científicas. La evidencia científica es un conocimiento que, para ser validado, no necesita ni de ninguna observación empírica ni de ninguna demostración racional. Es el conocimiento que se legitima a sí mismo.

Sin embargo, la prueba científica no es de algo que sea evidente, ya que se apoya en la observación de datos empíricos. Las pruebas científicas confirman o rechazan hipótesis y/o teorías científicas.

En ciencia, para considerar las evidencias o las pruebas, es fundamental hacerse preguntas. Es parte del método científico. Por esta razón quiero aportar algunas reflexiones a partir de una serie de preguntas. Para empezar, una evidencia clara es que nadie se atreve a pronosticar cuánto tiempo durarán las emisiones en Puerto Naos y La Bombilla. Razón esta por la que creo que la ciencia tiene que ir más allá de medir concentraciones. Es necesario aportar soluciones que hagan compatible vivir con la existencia de emisiones difusas de CO2.

A partir de una serie de preguntas busco el esclarecimiento y una llamada de atención para que se le dé un giro copernicano a la gestión científica del problema de las emisiones difusas de CO2. Un giro que nos demostraría que es posible habitar y vivir en Puerto Naos y La Bombilla.

¿Ha habido “gases” antes del volcán en Puerto Naos y La Bombilla?

Esta es una pregunta que les he oído a muchos vecinos. Desgraciadamente, no hay pruebas de este hecho, pero sí testimonios. Algunas personas ya mayores recuerdan oír que sí había gases, en cuevas y grutas, pero también en viviendas, cuando permanecían mucho tiempo cerradas. Sin embargo, estoy convencido de que INVOLCAN tiene algunas pruebas anteriores al volcán. Desde los enjambres sísmicos de 2017, INVOLCAN ha hecho encuestas o survey en los 220 km2 del edificio volcánico de Cumbre Vieja, y que incluye las zonas de costa.

Ha realizado estudios sobre geoquímica de las aguas subterráneas que también confirman que, en pozos, galerías o en la fuente de Dos Aguas se producen emanaciones de CO2. Se ha podido comprobar que en el entorno del volcán Teneguía aún se producen emisiones de CO2. Sobre esto último, un estudio sobre la acidificación de las aguas de la costa de Fuencaliente señala que la causa está relacionada con emisiones de CO2 volcánico.

Puerto Naos. / I LOVE THE WORLD

¿Han disminuido las emisiones en dos años? ¿Hay realmente menos CO2 en Puerto Naos y La Bombilla?

Es una cuestión importante. Conocer los históricos permite definir las tendencias en las emisiones. Pero no es nada fácil. Durante meses las balizas no eran confiables. De hecho, los detectores portátiles fueron el arma de la estrategia del miedo, con sus sonoras alarmas. Hasta agosto de 2022, en que el IGN instala la red de estaciones LoRa, no se obtienen registros más fiables. Y no es hasta diciembre de 2022 en que también el IGN empieza a hacer públicos sus informes. INVOLCAN, sin embargo, nos mostraba datos de sus balizas, de las mediciones de la firma isotópica o, en el caso de La Bombilla, mediciones del flujo de CO2.

Para entender si las emisiones de CO2 han disminuido o no, analizo dos informes del IGN, en un rango de un año. Analizando la evolución a lo largo de un mes, desde el 20 de noviembre, las balizas, denominadas E2, E3 y N15 de Puerto Naos, ofrecían promedios medios altos, llegando hasta 80.000 ppm. En el siguiente mes, desde el 18 de diciembre, la tendencia fue muy similar.

Un año después, estas mismas balizas siguen promediando los mayores niveles de concentración, aunque con máximos más bajos. Podría concluirse que en un año ha habido una disminución en las concentraciones, pero puede que no en las emisiones. De hecho, el conocimiento de las tendencias de las concentraciones es algo que nunca se ha estudiado.

Sin pruebas de problemas para la salud, no debería limitarse la libre circulación

En La Bombilla, en diciembre de 2022, dos balizas, que aún hoy siguen dando datos, registran promedios que fluctúan entre 4.000 y 15.000 ppm. De la tercera no se daban datos. Un año después, estas balizas mantienen unos promedios más bajos, entre 1.000 y 5.000 ppm. Aunque la denominada baliza Cruce, frente a la cueva de entrada, da registros de una mayor variabilidad, cuyos promedios están entre 5.000 y 7.000 ppm. Una vez más, parece concluirse que las concentraciones de CO2 han disminuido.

En cualquier caso, a pesar de las evidencias de las mediciones, el hecho constatable es que haya personas viviendo en La Bombilla, y también en Puerto Naos, que comprueban como en el ambiente exterior no existe prácticamente ningún problema para la salud debido a los niveles de concentración de CO2.

Las pruebas son claras, ya que en toda la playa de Puerto Naos o la zona de costa de La Bombilla no hay ninguna anomalía en los niveles de concentración de CO2. Hechos que permiten asegurar que en ambos núcleos no debería haber ningún límite de acceso a la libre circulación. En todo caso, habría que acotar una zona muy limitada de Playa Chica y, en La Bombilla, las zonas junto a cuevas y grutas del acantilado terrestre.
Francisco Pulido, con medidores de gases en La Bombilla.

¿Realmente nunca ha habido afección a la salud de los que están viviendo o trabajando?

Aunque llegaron a circular bulos sobre personas afectadas, nunca se ha constatado que las hubiese. El impacto en la salud es una cuestión que en los hechos nunca le ha preocupado mucho a la ciencia oficial. Y nunca se ha facilitado ninguna información oficial de personas que hayan sido objeto de un análisis de CO2 en sangre. Hoy en día, y sin contar con las autorizaciones oficiales, cada vez hay más personas, e incluso animales, viviendo y permaneciendo bastantes horas en Puerto Naos y La Bombilla. Y no han tenido ningún problema de salud relacionado con el CO2.

Para confirmar que esto es cierto, se aprobó, desde hace ya casi tres meses, la realización de capnografías a las personas que ya viven. Tres meses después, ni Sanidad ni Salud Pública han mostrado excesivo interés en la realización de las pruebas de capnografías, que incluso algunos sanitarios desconocían. La capnografía es una prueba sencilla que mide el CO2 exhalado.

Puerto Naos / I LOVE THE WORLD

¿Por qué no ha habido ni hay ningún problema de concentraciones altas en interiores de viviendas?

Muchos de los datos de concentración en interiores los han medido los técnicos y bomberos de acompañamiento que, desde octubre de 2022, vienen realizando dicho trabajo. Eran datos que nunca se han hecho públicos. Sin embargo, puedo afirmar que en su inmensa mayoría son datos de bajas concentraciones. Otros datos han sido los que los propios vecinos han difundido en las redes.

Ellos mismos han adquirido detectores portátiles y nos han podido demostrar que en su casa “no hay problemas de gases”. Sin embargo, desde el verano pasado, y gracias a la amplia monitorización del proyecto Alerta CO2, se puede demostrar la realidad habitable de la inmensa mayoría de viviendas. Ya hay más de 600 sensores instalados en interiores de viviendas y locales.

Los datos de acompañamiento también han confirmado lo que yo ya observé de manera obvia. En interiores de viviendas, sobre todo de primeras plantas hacia arriba, no hay ningún problema de concentraciones altas de CO2.

En el caso estas mediciones, para la primera medición, que se hacía sin ventilación, desde octubre a diciembre de 2022, el 95% eran mediciones inferiores a 1.600 ppm, y solamente un 2,5% eran superiores a 3.000 ppm. Un años después, de octubre a diciembre de 2023, el 82% eran inferiores a 1.500 ppm y el 6% superiores a 5.000 ppm. Es decir, objetivamente, parece indicar que las mediciones del personal de acompañamiento son peores. Pero también hay que mencionar que hay muchas más visitas, y personas viviendo en sus viviendas.

¿Por qué Salud Pública se ha empeñado en poner el límite en 700 ppm?

La Dirección General de Salud Pública, desde que se hizo la zonificación por colores, aportó una tabla que fijó el límite superior de 700 ppm de CO2 para poder acceder a las viviendas o locales.

Esta tabla permaneció varios meses en los informes del PEVOLCA, hasta que cierto día desapareció. Esta tabla, y el criterio que aún permanece, de considerar este límite de 700 ppm para decidir si una vivienda o local es habitable, no tiene ninguna base científica ni legal. Puedo afirmar que, en todos estos meses, Salud Pública ha estado presuntamente prevaricando, por acción o por omisión.

¿Por qué se dan niveles altos de concentración de CO2 en algunos garajes y locales comerciales?

Ahora que hay más de 600 sensores, observo que los niveles altos (concentraciones superiores a 1.000 ppm) se dan, fundamentalmente, en algunos locales comerciales y en garajes. En algunos casos, en estos años se ha alcanzado un nivel muy alto de acumulación, debido a la mayor densidad del CO2.

Por experiencia propia, con ya más de nueve meses de mediciones y evaluación de las emisiones, el problema en algunos locales tiene un origen para mí bastante claro. Igualmente ocurre en muchos garajes que he inspeccionado. He concluido que la entrada de CO2 tiene su origen en los desagües y las vías de evacuación hacia la red de saneamiento. También, a través de los enchufes.

Garaje en Puerto Naos.

Las redes, sin agua, han favorecido los flujos de CO2, desde las mismas redes a las viviendas, locales y garajes. Nunca he oído a la ciencia oficial que haya investigado estos hechos. Han preferido, en su momento, hacer uso del espectáculo televisivo y meternos el miedo en las entrañas.

Lo preocupante es que la única actuación en garajes haya sido un experimento fallido de ventilación forzada, comprobado por mí mismo y por algunos de los técnicos que acompañan las visitas. Un coste absurdo, que meses después ya nadie recuerda.

Vista de Puerto Naos y La Bombilla. / I LOVE THE WORLD

Más de dos años y las ayudas habilitadas por las pérdidas del cierre obligatorio, se han vuelto en contra. Ayudas que han acostumbrado a que algunos empresarios obtengan rentas sin trabajar. Sin duda, son los que preferirían que nunca se abra Puerto Naos. Sin embargo, las instituciones han obviado la importancia de habilitar una línea de ayudas para las comunidades y vecinos, al objeto de rehabilitar los garajes para que cumplieran los criterios de impermeabilización contras las emisiones, de seguridad y de ventilación, que exige la nueva normativa.

Otra evidencia que he podido verificar con pruebas es las emisiones originadas en los pozos negros, tanto en Puerto Naos como en La Bombilla. Los pozos negros son zonas propicias para que se produzca una acumulación de CO2. A pesar de que algunos pozos están ciegos, sin uso, las tapas y cierres no han impedido la permeabilidad de los flujos de CO2.

¿Hay flujos de gases desde el suelo?

No se puede negar que haya flujos desde el suelo. Sin embargo, la realidad es que nunca han investigado este hecho, salvo en La Bombilla. Es constatable con pruebas que no hay flujos de CO2 a través del asfalto o el suelo de las viviendas. La entrada de CO2 en viviendas se originan a través del ambiente exterior, penetrando por donde mismo entra el aire, o a través de sumideros y sanitarios.

En el suelo de La Bombilla, que es más permeable, o en las mismas viviendas, según el tipo de suelo, puede haber flujos. Pero, en general, se puede demostrar que son emisiones de pocos gramos por metro cuadrado y día. Es necesario recordar que a través de cualquier suelo natural siempre se producen emisiones de CO2.

¿Por qué no han investigado la relevancia de los niveles elevadísimos de concentración de CO2 en las redes de alcantarillado y en los pozos negros?

Puerto Naos. Alcantarilla. gases

Para mí fue un descubrimiento conocer los altos niveles de concentración en las arquetas de las alcantarillas, sin abrirlas. Luego, accediendo a dichos pozos, en muchas alcantarillas los niveles eran muy altos, superiores a 50.000 ppm. He abierto muchas alcantarillas, y he hecho pruebas y ensayos, buscando un patrón de comportamiento.

Tengo aún pendiente un ensayo de mayor magnitud, aprobado por el Cabildo de La Palma, para demostrar cómo se puede mitigar o reducir los flujos de CO2. Proyecto que aún no he ejecutado por la falta de colaboración institucional. Estos hechos demostrados en las redes es una cuestión que nunca le has interesado a la ciencia oficial. Al contario, la han menospreciado y ninguneado. En concreto, no he visto excesivo interés por conocer el origen de las emisiones difusas.

En octubre de 2022, GESPLAN realizó un trabajo de limpieza de la red de saneamiento. En el resumen del proyecto realizado exponen los valores de concentración de CO2, en varias circunstancias. Justo en el instante que se abren las alcantarillas; y, posteriormente, tres meses después de la limpieza y de haber insuflado aire. Textualmente, dice: “En la evolución de las medidas realizadas se puede observar una disminución del nivel de gases de la toma inicial a la toma tras la limpieza de la red trascurridos unos 90 días, lo que hace pensar que los niveles de gases en la zona van disminuyendo”. Demuestran que la intervención en el alcantarillado reduce las concentraciones. No obstante, no comparto la afirmación de que es debido a que en la zona los niveles van disminuyendo”.

Sensor de CO2 en la playa de Puerto Naos.

¿Es relevante conocer el origen del CO2? ¿Y hacer mapas de flujo que no se han hecho?

Esta cuestión merece una aportación más extensa, ya que considero que es enormemente importante para la mitigación el conocimiento sobre el origen y la plomería del CO2 en su ascenso hacia la superficie, desde su origen magmático.

Ya en sí es relevante que el único gas volcánico de las emisiones sea CO2, ya que hay acuerdo en la presencia de otros gases es despreciable, incluyendo el vapor de agua. Aunque hay que destacar que existen flujos de radón (Rn-222), nada preocupantes, que están relacionados con el CO2. De hecho, los flujos siguen patrones muy semejantes. El radón tiene un origen profundo. La firma isotópica del carbono también parece confirmar que el CO2 tiene un origen magmático-hidrotermal.

Los flujos son difusos pero variables, y no sólo se producen en los suelos urbanizados, pues también los hay en suelos abiertos y fincas y en zonas más distantes. Por ejemplo, en la playa de El Charcón han mayor cantidad de emisiones que en la playa de Puerto Naos.

La relación de las emisiones de CO2 con el volcán aún no está confirmada del todo. Aunque hay algunos estudios, como el que nombra la existencia de una intrusión magmática al sur de Puerto Naos, u otro que explica la desgasificación debida la existencia de un “umbral profundo de rocas de baja densidad, junto a un subsuelo de una alta porosidad y permeabilidad”.

Francisco Pulido, con Puerto Naos al fondo.

Sería adecuado que se hicieran estudios de la firma isotópica centrados en encontrar una diferenciación clara del origen del CO2. Es decir, una evaluación del fraccionamiento de carbono de los flujos de CO2, y no sólo del carbono del aire.

La realización de mapas de desgasificación difusa es una herramienta valiosa, ya que permite identificar las zonas anómalas de desgasificación de CO2. En el caso de Puerto Naos y La Bombilla puede estar relacionada con estructuras de fallas, grutas y cuevas, y por la litología y porosidad del lugar.

Parece que es razonable pensar que los fluidos de gases magmáticos impacten en el acuífero, Pero lo que no han explicado son los caminos del CO2 hacia la superficie. Una hipótesis puede ser que, posiblemente, los conductos de gas que vienen desde las profundidades se ventilan hacia una zona no saturada, y luego el gas se dispersa vertical y lateralmente a través de depósitos superficiales heterogéneos y porosos mediante un flujo viscoso, debido a las altas presiones y temperaturas. Inicialmente, los gradientes de presión, impulsada por la gravedad, hacen que los gases asciendan. Luego, la difusión gaseosa se produce por existencia de gradientes de concentración, cuando el acuífero llega a un nivel alto de concentración y saturación.

Litoral de Puerto Naos.

¿Por qué el IGME no ha sido capaz de realizar ningún trabajo que ayude a conocer el contexto geológico?

El IGME no ha aportado nada. Recibió del Cabildo de La Palma casi medio millón de euros para hacer un estudio geoquímico del impacto del volcán en el acuífero. Lo que no ha hecho del acuífero costero. Hace más de un año se publicó en los medios un proyecto del IGME que pretendía hacer unas catas profundas para llegar al acuífero. Y se llegó a mencionar otro proyecto para cortar los flujos de CO2 a través del acuífero desde el volcán. Todo ha quedado en un bluf.

La conclusión para mí es obvia. una ciencia, transversal, interdisciplinar y transparente y que incorpore los valores de la ciencia ciudadanía, permitiría discernir que, mediante la aplicación de medidas de mitigación y monitorización, es posible vivir y convivir a pesar de la existencia de emisiones difusas de CO2. Es un escenario ya conocido en otros lugares del mundo. Las instituciones deben moverse en esa dirección e incorporar nuevos saberes que aportarían soluciones. Se han dado pasos, pero aún hay un camino mayor.

Hay un reto a asumir, y es que la ciudadanía debe superar los temores y el daño emocional que ha recibido por una mala gestión científica de las emisiones. El dolo moral existe, y evidentemente, las pérdidas económicas. Todos tenemos que hacer posible que Puerto Naos y La Bombilla sean lugares donde vivir y disfrutar.


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