«Para La Laguna es como la destrucción de una guerra; lo único peor sería la muerte»

Marcelino Rodríguez, presidente de la Asociación de Vecinos de La Laguna, nos explica cómo es el día a día en un barrio que la lava de la erupción volcánica de 2021 dejó mitad destruido, mitad a salvo, el corazón roto y un futuro aún incierto.

Este representante vecinal explica que la normalidad es casi imposible de recuperar teniendo en cuenta que una parte de los que residían en esta zona se quedaron sin casas, locales de empresas y explotaciones agrarias, y quienes han podido volver se encuentran con la realidad de que otros convecinos lo perdieron todo, por lo que tampoco pueden sentir alegría.

Confiesa que a veces siente que el barrio se ha convertido en un «circo, un espectáculo», por los muchos turistas que recibe desde el final de la erupción, aunque al mismo tiempo reconoce que muchos visitan el lugar con respeto.» Esto es como si nos hubiera pasado una guerra, de la destrucción que ha dejado este volcán», asegura.

A las familias damnificadas les recomienda que se informen sobre cómo les afecta la nueva ordenación del territorio que se está tramitando y que presenten alegaciones si no están de acuerdo.

«No hay que tener miedo a defender nuestros los derechos de uno, porque qué miedo va a haber si aguantamos ya esto;  otra cosa peor que esta si viene será la muerte, y esa la tenemos segura todos», concluye.

A su juicio, debe aprenderse la lección de esta catástrofe porque podrá ocurrir de nuevo en La Palma o en otras islas, y entre los fallos que se deben corregir es evacuar a tiempo a todo el mundo: «No hay temer miedo evacuación, sé que es complicado pero ante el peligro, como si hay que evacuar a toda la isla, porque una vida es una vida».

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