El químico Francisco Pulido demuestra que se puede mitigar el CO2 en el alcantarillado de Puerto Naos

El químico Francisco Rodríguez Pulido, miembro del Grupo de Expertos del Plan de Emergencias Insular de La Palma (PEINPAL), realizó el pasado viernes «una experiencia piloto, a modo de ensayo» en la red de saneamiento de Puerto Naos, que, según asegura, demuestra la posibilidad de «mitigar de manera importante» los flujos de dióxido de carbono (CO2) en el alcantarillado de este núcleo poblacional, evacuado desde la erupción volcánica de 2021. 

Los resultados de esta prueba serán presentados en la próxima reunión del Grupo de Expertos del PEINPAL, que asesora al Cabildo palmero en la gestión de esta emergencia, así como una propuesta para realizar de manera más amplia y extensa una instalación de codos en determinados pozos del alcantarillado que son «claves «en el flujo de CO2 a través de las redes de saneamiento. También sugiere que sería conveniente contar en ese foro asesor de la Administración insular con expertos en redes de saneamiento y aguas residuales.

Ensayo autorizado por el Ayuntamiento

Hay que destacar que este experimento contó con la autorización del Ayuntamiento de Los Llanos de Aridane y la colaboración de Enrique Viña, según explica el propio Rodríguez Pulido en un comunicado.

Un vídeo que muestra el ensayo

A través de un vídeo, difundido en las redes sociales, se refleja el ensayo y los resultados obtenidos. Consistió en crear un sifón y taponamiento hidráulico, a modo de codo, en el pozo de la alcantarilla situada en el cruce de las calles Mauricio Duque y Juana Tabares. Al mismo tiempo se realizaron las mediciones de concentraciones de CO2 en el pozo inmediatamente superior, en la calle Juana Tabares, como testigo del ensayo.

La concentración bajó a 500 ppm tras la prueba

Según explica el químico palmero en su nota de prensa, al efectuar el taponamiento en el pozo, situado en el cruce de las calles citadas, en el otro pozo, inmediatamente superior de la red, se detectaron concentraciones de 500 ppm (partes por millón). Anteriormente se observaron concentraciones de más de 50.000 ppm en la alcantarilla testigo.

Después de medir las concentraciones de 500 ppm, se retiró el codo en el pozo de la alcantarilla de ensayo. Y, como puede comprobarse en la grabación, inmediatamente las concentraciones ascendían y alcanzaban un valor superior a 42.000 ppm. En la alcantarilla donde se instaló el codo también se medían en profundidad valores superiores a 50.000 ppm.

Para que el ensayo fuese más eficaz no se pudo contar con la cuba de agua, para llenar la red en el punto del ensayo. No obstante, como había un hilo continuo de flujo de agua, se llenó bastante el tubo entre ambos pozos de alcantarillado, expone Rodríguez Pulido.

Una manera de frenar el flujo gaseoso

Este ensayo, a su juicio, «demuestra que es posible mitigar de manera importante los flujos de CO2 que transcurren por la red de saneamiento». Las investigaciones en las redes las viene realizando hace tiempo este químico y profesor de Secundaria jubilado, «ya que es donde se dan niveles muy altos de saturación, que fluyen a los garajes y sótanos, así como a determinadas viviendas». No es la única vía de emisión, afirma, ya que en los pozos negros también se producen acumulaciones importantes de CO2.

Las medidas que  propone aplicar Rodríguez Pulido en Puerto Naos, «son mucho más baratas que las que se están valorando en Madrid, ya que se haría con recursos propios y personal del Ayuntamiento». De hecho, asegura que «desde hace dos años que lleva  cerrado Puerto Naos se podría haber realizado este proyecto de mitigación, al no haber vecinos residiendo».

Defiende este experto que «un proyecto global de intervención en las redes de saneamiento y redes pluviales, así como en las acometidas de la evacuación de aguas residuales de las viviendas, permitiría mitigar de manera importante las concentraciones de CO2, tanto en exteriores como en interiores».

Medidas propuestas para ganar la guerra al gas

En concreto, considera necesario realizar un proyecto de ejecución,  que básicamente consistiría en las siguientes medidas, las cuales detalla así en su comunicado:

  • «Sifones en alcantarillado para cortar la transmisión de gases por la red de saneamiento, ya que se demuestra con varias pruebas que algunas arquetas se quedan sin gases  minutos después de taponar conductos en otras.
  • En arquetas con gases se pueden realizar sistemas de ventilación conectándolas con tubos bajo asfalto y salidas al exterior. Así se reduce su propagación de forma horizontal hacia viviendas o libera más fácilmente el que le llegue de ellas si fuera el caso. Es una forma de desgasificar mediante dispersión área. Estas salidas se llevarían a zonas separadas de viviendas con su correspondiente vallado de seguridad y con la posibilidad de elevar mediante torre si fuera necesario.
  • Identificar edificios y viviendas con pozos negros o fosas sépticas propias, diferenciando entre activos y no activos. Algunos están ciegos y emiten gases, pero el sistema de evacuación está conectado al saneamiento municipal; otros, desde su construcción. En este caso, se plantearía:
  • Realizar un sifón de entrada a los edificios con conexión a saneamiento municipal.
  • En edificios con saneamiento propio a base de pozo activo y con concentración de gases, cortar la evacuación al pozo y conectar a saneamiento actual.
  • La conexión a la antigua fosa séptica no se debe taponar, sino conectar, una para desgasificación y otra para hacer pruebas con descargas de agua directas.
  • Si por alturas no se puede conectar a la red, habría que poner fosas sépticas de bombeo en garajes, lo que anularía la función como garaje.
  • En edificios con pozos negros ciegos, descubrir el tapón antiguo del pozo y realizar dos salidas al exterior, una para descarga de agua y otra para desgasificación. Aparte de esta medida, siempre hacer un sifón en saneamiento utilizado.
  • El proponente de estas medidas puntualiza que «no discute que haya emisiones difusas de CO2 a través del subsuelo, que aún no están identificadas, ya que nunca se han hecho mediciones de flujo». Por ello, además de las medidas de mitigación y desgasificación comentadas, plantea otra serie de iniciativas:
  • «Catas en el subsuelo a varias alturas, bajo el asfalto y en los suelos de garajes, que puedan llegar a niveles inferiores al suelo de garajes.
  • Colocar tubos de PVC en dichas catas para aislarlo en sus laterales y buscar solo resultados del final de dicha cata, para medir concentraciones de CO2 en profundidad. Esto ayudaría a tener un control de cómo son los flujos de emisión en el subsuelo de Puerto Naos y diferenciar según las zonas».

Aplicar agua al alcantarillado, «fundamental»


Pero Rodríguez Pulido sostiene que «una medida fundamental» es añadir agua a las redes, pues está «convencido» de que la inactividad de estas conducciones las ha convertidos en zonas de acumulación de CO2. En este sentido, el químico advierte que «en las pasadas lluvias del 20 y 21 de octubre, que no superaron 9 l/m2, se ha podido comprobar un descenso importante en las concentraciones de CO2 en los pozos de alcantarillas y en determinados garajes, como el del supermercado SPAR».

Y concreta que «en este último, en la arqueta de recogida de aguas pluviales de la entrada al garaje, se llegan a medir concentraciones superiores a 50.000 ppm; con las lluvias, el día posterior, las concentraciones y flujos desde las arquetas no pasaban de 500 ppm».


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