El movimiento vecinal exige que los decretos para la reconstrucción recojan la variada casuística de los afectados del volcán

Más de 300 personas afectadas por la erupción volcánica acudieron a la llamada de las asociaciones vecinales a un asamblea en el pabellón Camino León de los Llanos de Aridane sobre el decreto para la reconstrucción de las viviendas destruidas y la nueva ordenación de las coladas planteada por el Gobierno canario, sin olvidar que para la agricultura está previsto otro decreto ley.

En esta reunión quedaron patentes la incertidumbre y la preocupación por el tiempo en que tardarán las soluciones en llevarse a cabo y el dinero con que rehacer sus vidas, así como las diferentes circunstancias de cada familia afectada.

Convocaron esta asamblea los colectivos vecinales de Las Manchas (su presidenta, Jennifer Sánchez es a su vez la portavoz de todas), La Laguna, Todoque, El Remo y La Bombilla.

La finalidad era informar a los afectados del estado actual del borrador del decreto ley donde se establece que el Gobierno canario permutará por parcelas urbanizables los antiguos terrenos con viviendas que sepultó la lava, y que estos nuevos barrios se crearán en el extremo de las coladas así como en los ya existentes en los tres municipios afectados previstos para viviendas sociales.

En este acto las asociaciones indicaron que hasta ahora se han celebrado tres reuniones con el Gobierno canario y que en cada una de ellas se han producido novedades. Las más importantes de la última que tuvo lugar a finales de febrero es que ya no se prohibirán vender las nuevas propiedades en el plazo de 10 años, el compromiso de que se facilitará recuperar las viviendas que hayan quedado en pie total o parcialmente en las coladas con menos espesor y que para la obtención de los nuevos suelos para la reconstrucción residencial el Ejecutivo regional “habla ya de comprarlos, no de expropiarlos”, según resumió el representante de la asociación de La Laguna.

Desde las asociaciones vecinales se insistió a los asistentes al acto en que se informen en las oficinas de la empresa pública GESPLAN sobre la situación de cada cual en la ordenación territorial propuesta y el borrador del decreto, y que dejen y se queden con constancia de ello.

Aseguran los portavoces vecinales que es el momento de manifestar al Gobierno de Canarias cuáles son las necesidades y el deseo de cada familia afectada para la reconstrucción, para que el borrador definitivo pueda responder a la casuística y la voluntad de la población damnificada.

«El silencio no se escucha: es hora de opinar, sin miedo».

“Cada persona es una historia diferente: hay gente que quiere volver al lugar original, y gente que no, y gente que estaría dispuesta a esperar a que se enfríen las coladas; unos quieren permutar sus propiedades bajo la lava por la parcela urbanizable nueva, y otros no”, subraya el presidente de la asociación de La Laguna.

Marcelino Rodríguez insiste en que es necesario que quede constancia de lo que cada familia quiere para su futuro, ya que “el silencio no se escucha, hay que hablar ya sin miedo”, y la Administración pública tiene que saberlo.

Una preocupación general es el tiempo que tardaría en llevarse a cabo las propuestas oficiales de reconstrucción, y si habrá financiación pública suficiente para que se realicen en un tiempo prudencial, pero también con qué dinero se harán la vivienda quienes reciban una parcela urbanizable, pues hay personas a las que no le alcanzará para reconstruir un hogar en los nuevos barrios.

Por su parte, Jennifer Sánchez considera que «no cree que se deba hablar de reconstrucción cuando no se ha reconstruido nada de lo que se perdió, sino que, por ejemplo, solamente se están levantando nuevas carreteras en zonas enl as que van a salir afectadas más personas».

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