En un planeta cuya edad alcanza la friolera de 4.500 millones de años, el paisaje y el ecosistema submarinos creados por la erupción del Tajogaite tienen menos de cuatro años de edad. Sin embargo, la vida ya se abre paso bajo el océano. Así lo muestra, con impresionantes fotografías, la productora audiovisual I Love The World, que ha realizado inmersiones en la costa de las dos nuevas fajanas o deltas lávicos.
Este viaje al fondo del mar ha sido encargado por la Plataforma Oceánica de Canarias (PLOCAN), un ente público creado por el Gobierno canario y el del Estado, en el marco del proyecto Delta, que pretende estudiar la evolución de este nuevo ecosistema, tanto terrestre como subacuático, surgido donde antes solo había mar y que constituye, además, un laboratorio natural para documentar cómo renace la vida desde cero.
Un proyecto de PLOCAN
“Estamos realizando todo tipo de estudios sobre este medio marino: la biodiversidad, la estructura geológica, las emisiones de gases… porque se trata de un patrimonio natural que representa un nuevo valor para la isla, del que además puede beneficiarse la economía de La Palma”, afirma a EL VALLE el director de PLOCAN, José Joaquín Hernández.
Para este doctor en Ciencias Químicas, que desde 2019 está al frente de PLOCAN, “el volcán ha sido una desgracia” por todos los daños materiales que ha causado, “aunque no será la primera ni la última vez en un archipiélago volcánico».
Crear empleo con el uso sostenible de los nuevos ecosistemas
Por ello, considera que «debemos adaptarnos y nuestro objetivo es generar actividad económica sostenible mediante un turismo científico, basado en la observación de los nuevos ecosistemas, que puede contribuir a crear empleo en La Palma”.
Para hacerlo posible, es necesario llevar a cabo un seguimiento de esta joya natural que son las nuevas fajanas, donde la crispada naturaleza de las rocas volcánicas se ven sometidas a la fuerza del oleaje y a su propio proceso de asentamiento.
La expedición de I Love The World
Y ahí es donde entran en juego las sorprendentes fotos de I Love The World, que muestran cómo la fauna va conquistando este nuevo hábitat, en medio de impresionantes formaciones geológicas, como ilustran las imágenes que acompañan este reportaje.
Alfonso Escalero, ya conocido en La Palma por su ayuda altruista a los afectados del volcán, ha estado al frente de esta expedición, junto a Alejandro Gil Roldán, y han contado con un equipo del que formaron parte especialistas en distintas ramas de la imagen y la exploración.
Entre ellos destacan el fotógrafo submarino Francis Pérez, ganador del World Press Photo y colaborador habitual de National Geographic, o el videógrafo submarino Juan Raya, reconocido por su talento para capturar la belleza de los océanos, entre otros.
El equipo cuenta también con expertos en imagen aérea, operadores de drones, técnicos en exploración marina profunda mediante ROVs capaces de descender hasta los 200 metros de profundidad, y narradores visuales.
Han tomado 1.500 fotografías, tanto aéreas como submarinas, utilizando drones adaptados a cada uno de estos medios.
La sorpresa y la metáfora de la vida
“Para nosotros, que hemos documentado esta catástrofe desde el principio y hemos estado al lado de los afectados, ver cómo se recupera la vida en estos fondos marinos es un subidón de adrenalina, y de algún modo es una metáfora de lo que nos gustaría que pasara con la población damnificada: que más pronto que tarde pudiera recuperar sus proyectos de vida en esta isla maravillosa que ha sufrido tanto con esta catástrofe”, afirma Escalero.
Este material audiovisual será divulgado en un reportaje, en su mayor parte con imágenes submarinas, que contará con locución en español e inglés.
Sobre la situación actual de estos nuevos fondos marinos, el director de PLOCAN detalla que se han encontrado zonas donde la vida se ha recuperado más rápidamente de lo que se pensaba, con muchas especies ya habitando ese entorno.
Las zonas sin vida: «ventanas en el tiempo»
Pero también se han detectado otra áreas aún sin vegetación, “lo que nos da idea de que ahí las condiciones no son aún apropiadas para la vida”, debido a emisiones de CO₂ que acidifican el agua.
Sin embargo esos lugares, añade, son también «pequeños laboratorios, pequeñas ventanas en el tiempo, para estudiar lo que pasará en 50 o 100 años en el planeta por el incremento del CO₂ en el medio marino de todo el mundo».
Por ejemplo, en ese ambiente corrosivo no se desarrollan las conchas de los organismos marinos, que son de carbonato cálcico, aunque otras especies sí se adaptarán mejor”.
En tierra, concretamente en Tazacorte, PLOCAN está comenzando a construir un laboratorio de 200 metros cuadrados que permitirá a los científicos llevar a cabo sus investigaciones.
Futuro centro de innovación en economía azul
Además, existe un estudio de viabilidad para crear un centro de innovación en el puerto de este municipio que, en palabras de José Joaquín Hernández, “impulsaría la economía azul, con actividades que descarbonizarían las operaciones portuarias y atraerían otras relacionadas con el ensayo de vehículos no tripulados, deportes náuticos y actividades recreativas” vinculados con el mar.